Podemos decir que en una obra que realicemos estamos expresando nuestro "yo", nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, asuntos de nuestras vidas que nos han hecho realizar una obra. Sea lo que sea, en un cuadro que realicemos siempre hay algo nuestro.
Por esta razón casi que podemos compararlo con un autoretrato,aunque físicamente la obra no se parezca en nada a nosotros, la hemos hecho por una razón y esa razón cuenta cosas de nosotros.
Al pensar en esto y ver a la gente en un museo mirando tan atentamente las obra de otras personas, me hacen verlas como si estuviesen analizando a la persona en sí, como si mirasen al autor de forma descarada sin saber a penas sobre él, pero intentando conocerle.
Es como si espiásemos al autor, esto me hace recordar la obra de Duchamp “la cáscara, óleos, el gas del alumbrado” en la que debemos mirar la obra a través de una mirilla y vemos a una mujer tocándose, haciendonos sentir como si fuesemos voyeurs.
Pues en cierto modo así deberiamos sentirnos almirar cualquier obra, ya que estamos viendo aspectos de una persona que quizás no muestre normalmente, y que quizás ni el sepa que lo está expresando en su obra. Podemos conocer a un autor por sus cuadros sin averlo visto nunca, como una especie de psicoanálisis.
De mi cuadro se pueden sacar varias ideas, como el miedo a la muerte y las ganas de aprovechar cada momento.
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